Úlceras por presión
Lesiones en la piel y los tejidos subyacentes causadas por presión prolongada, especialmente en personas con movilidad limitada.
ÚLCERAS POR PRESIÓN
1. Las úlceras por presión son lesiones en la piel y tejidos subyacentes causadas por presión prolongada sobre una zona del cuerpo. En mayores de 65 años, son frecuentes en personas con movilidad reducida y suelen aparecer en áreas como el sacro, caderas y talones.
2. ¿Cuándo deberías preocuparte?
Consulta a un geriatra si observas:
-
Enrojecimiento persistente en zonas de presión que no desaparece al aliviarla.
-
Heridas abiertas o ampollas en áreas como sacro, caderas, talones o codos.
-
Dolor o malestar en zonas afectadas.
-
Infecciones visibles, como pus, mal olor o fiebre.
-
Pérdida de peso o desnutrición, que dificulten la cicatrización.
3. Causas comunes en mayores de 65 años
-
Presión prolongada: Por estar mucho tiempo en una misma posición (cama o silla de ruedas).
-
Fricción y deslizamiento: Al mover al paciente de forma incorrecta.
-
Piel frágil: Asociada a cambios dermatológicos propios del envejecimiento y deshidratación.
-
Malnutrición o deshidratación: Que dificultan la regeneración de los tejidos.
-
Enfermedades crónicas: Como diabetes, insuficiencia vascular o inmovilidad prolongada.
4. ¿Cómo se diagnostican?
El diagnóstico incluye:
-
Evaluación clínica detallada, para identificar la gravedad según las fases de la úlcera (I a IV).
-
Inspección regular de la piel, especialmente en zonas de presión.
-
Pruebas de laboratorio, para evaluar estado nutricional e infecciones.
-
Análisis microbiológico, si hay signos de infección.
5. Prevención y manejo
El tratamiento debe ser individualizado:
-
Cambios posturales frecuentes, cada 2 horas, para aliviar la presión.
-
Superficies especializadas, como colchones o cojines antiescaras.
-
Higiene adecuada de la piel, manteniéndola limpia y seca.
-
Curación avanzada de heridas, con apósitos específicos según la fase de la úlcera.
-
Tratamiento de infecciones, con antibióticos si es necesario.
-
Mejorar la nutrición, con suplementos de proteínas, zinc y vitamina C.
-
Educación a cuidadores, para prevenir y manejar adecuadamente estas lesiones.
La prevención es clave para evitar complicaciones graves y mantener la calidad de vida del adulto mayor.
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ÚLCERAS POR PRESIÓN
1. Las úlceras por presión son lesiones en la piel y tejidos subyacentes causadas por presión prolongada sobre una zona del cuerpo. En mayores de 65 años, son frecuentes en personas con movilidad reducida y suelen aparecer en áreas como el sacro, caderas y talones.
2. ¿Cuándo deberías preocuparte?
Consulta a un geriatra si observas:
-
Enrojecimiento persistente en zonas de presión que no desaparece al aliviarla.
-
Heridas abiertas o ampollas en áreas como sacro, caderas, talones o codos.
-
Dolor o malestar en zonas afectadas.
-
Infecciones visibles, como pus, mal olor o fiebre.
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Pérdida de peso o desnutrición, que dificulten la cicatrización.
3. Causas comunes en mayores de 65 años
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Presión prolongada: Por estar mucho tiempo en una misma posición (cama o silla de ruedas).
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Fricción y deslizamiento: Al mover al paciente de forma incorrecta.
-
Piel frágil: Asociada a cambios dermatológicos propios del envejecimiento y deshidratación.
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Malnutrición o deshidratación: Que dificultan la regeneración de los tejidos.
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Enfermedades crónicas: Como diabetes, insuficiencia vascular o inmovilidad prolongada.
4. ¿Cómo se diagnostican?
El diagnóstico incluye:
-
Evaluación clínica detallada, para identificar la gravedad según las fases de la úlcera (I a IV).
-
Inspección regular de la piel, especialmente en zonas de presión.
-
Pruebas de laboratorio, para evaluar estado nutricional e infecciones.
-
Análisis microbiológico, si hay signos de infección.
5. Prevención y manejo
El tratamiento debe ser individualizado:
-
Cambios posturales frecuentes, cada 2 horas, para aliviar la presión.
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Superficies especializadas, como colchones o cojines antiescaras.
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Higiene adecuada de la piel, manteniéndola limpia y seca.
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Curación avanzada de heridas, con apósitos específicos según la fase de la úlcera.
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Tratamiento de infecciones, con antibióticos si es necesario.
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Mejorar la nutrición, con suplementos de proteínas, zinc y vitamina C.
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Educación a cuidadores, para prevenir y manejar adecuadamente estas lesiones.
La prevención es clave para evitar complicaciones graves y mantener la calidad de vida del adulto mayor.