
Preparar la Consulta con el Geriatra
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13 de mayo de 2025Top 11 preguntas sobre el envejecimiento saludable
Índice
- Top 11 preguntas sobre el envejecimiento saludable
- ¿Cómo puedo envejecer de forma saludable?
- ¿Cuáles son los chequeos médicos recomendados a partir de los 65 años?
- ¿Qué tipo de ejercicio físico es recomendable para adultos mayores?
- ¿El deterioro cognitivo es normal con la edad?
- ¿Cómo prevenir caídas en casa?
- ¿La depresión es más común en los mayores?
- ¿Qué debo comer para mantenerme sano a partir de los 60?
- ¿Es necesario tomar suplementos alimenticios?
- ¿Cómo mantener la mente activa?
- ¿Cuándo debo consultar a un geriatra?
- ¿Y cuándo conviene acudir a consulta?
El envejecimiento es un proceso natural e inevitable, pero existen muchas formas de vivirlo con bienestar, autonomía y calidad de vida. Como geriatra, recibo a diario preguntas de pacientes y familiares interesados en cómo envejecer de forma saludable.
Te explico las 11 preguntas más frecuentes que me hacen y las respuestas sobre el envejecimiento saludable.
¿Cómo puedo envejecer de forma saludable?
El envejecimiento saludable implica mantenerse físicamente activo, mentalmente estimulado, socialmente conectado y con un control adecuado de enfermedades crónicas. Comer bien, dormir lo suficiente y evitar el tabaco por completo y el alcohol en exceso también son fundamentales.

¿Cuáles son los chequeos médicos recomendados a partir de los 65 años?
A partir de los 65, es importante tener controles periódicos con el médico de familia y, si es posible, con un geriatra. Los exámenes más comunes incluyen: evaluación de la tensión arterial, perfil lipídico (colesterol y triglicéridos), glucosa, salud ósea (densitometría para valorar osteoporosis), exámenes de la vista, oído y salud dental. (enlace a publicación de chequeos según la edad)
¿Qué tipo de ejercicio físico es recomendable para adultos mayores?
El ejercicio debe ser regular y adaptado a cada persona. Lo ideal es el ejercicio multicomponente que combina:
- Ejercicio aeróbico (caminar, nadar, bicicleta)
- Ejercicios de fuerza (pesas ligeras, resistencia)
- Ejercicios de equilibrio (tai chi, yoga)
- Flexibilidad (estiramientos suaves)
¿El deterioro cognitivo es normal con la edad?
Es una pregunta muy común en consulta, y es normal que preocupe tanto a las personas mayores como a sus familias.
Con el paso de los años, algunos pequeños cambios en la memoria pueden aparecer y se consideran parte del envejecimiento normal. Por ejemplo, cosas como olvidar momentáneamente el nombre de alguien conocido o entrar en una habitación y preguntarse: “¿a qué venía yo aquí?”. Estas situaciones, aunque pueden resultar molestas, no deben alarmarnos, ya que suelen formar parte de lo que llamamos el “desgaste natural” del cerebro.
Ahora bien, cuando los olvidos empiezan a ser frecuentes, afectan a la vida diaria, o vienen acompañados de desorientación, cambios de comportamiento o dificultad para seguir una conversación, entonces ya no hablamos de envejecimiento normal, sino de un posible deterioro cognitivo más significativo, que podría ser el inicio de una demencia.
Y aquí está lo importante: detectar estos signos a tiempo. Cuanto antes se valore la situación, más margen de actuación tenemos. En muchas ocasiones, el deterioro cognitivo leve se puede frenar o incluso mejorar si se aborda bien. Y si estamos ante una demencia, el diagnóstico temprano nos permite planificar mejor los cuidados, acceder a tratamientos y acompañar a la persona y su familia de forma más adecuada.
Por eso, no hay que normalizar todo olvido ni resignarse con un “es la edad”. Ante la duda, lo mejor es acudir a un especialista en geriatría o neurología que pueda hacer una valoración completa. En la consulta, no solo evaluamos la memoria, sino también el estado de ánimo, la función física, el entorno y muchas otras variables que influyen en cómo está esa persona mayor.

¿Cómo prevenir caídas en casa?
Las caídas son una de las principales causas de hospitalización en personas mayores y la principal causa de muerte externa en España en 2024. Se recomienda:
- Eliminar alfombras sueltas y cables
- Instalar pasamanos en escaleras y baños
- Usar calzado adecuado
- Mejorar la iluminación
- Evaluar medicamentos que puedan causar mareos

¿La depresión es más común en los mayores?
Sí, puede ser más frecuente en las personas mayores, pero eso no significa que sea algo normal o inevitable del envejecimiento. Y este es un punto clave que debemos tener muy claro: la tristeza profunda, la apatía o la pérdida de ganas de vivir no son parte natural de hacerse mayor.
En esta etapa de la vida, hay factores que pueden aumentar el riesgo de depresión:
- El aislamiento social: perder relaciones, dejar de trabajar o no tener contacto frecuente con otras personas puede generar una gran soledad.
- La pérdida de seres queridos: el duelo, cuando no se acompaña bien, puede derivar en una depresión que pasa desapercibida.
- Problemas de salud crónicos: el dolor, la disminución de la movilidad o el miedo a la dependencia pueden afectar mucho al estado emocional.
- Cambios vitales importantes, como mudanzas, institucionalizaciones o la pérdida de autonomía.
A menudo, la depresión en las personas mayores no se manifiesta igual que en los jóvenes. Puede no haber un llanto evidente, pero sí síntomas como falta de energía, pérdida de apetito, dificultad para dormir, irritabilidad, quejas físicas sin causa clara o una sensación de “no tener ganas de nada”.
Muchas veces se escucha eso de “está mayor, es normal que esté así”... pero no, no es normal. La depresión es una enfermedad que se puede y se debe tratar, también en la edad adulta. Con el enfoque adecuado, apoyo psicológico, intervención médica y un entorno que acompañe, las personas mayores pueden recuperar la ilusión, el ánimo y las ganas de vivir.
En consulta lo vemos con frecuencia: mayores que llevaban meses o años apagados, y con el tratamiento y el abordaje adecuados, vuelven a sonreír, a interesarse por sus nietos, a retomar actividades. Es posible, y merece la pena intentarlo.
¿Qué debo comer para mantenerme sano a partir de los 60?
La dieta debe ser variada, rica en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y pescado. Hay que reducir azúcares, grasas saturadas y sal. A veces se necesitan suplementos como vitamina D, calcio o B12, según indicación médica.
¿Es necesario tomar suplementos alimenticios?
Depende. Si la dieta es equilibrada y no hay deficiencias, no son necesarios. Pero en casos de pérdida de apetito, problemas de absorción o ciertas enfermedades, pueden ser útiles. Siempre bajo recomendación profesional.
¿Cómo mantener la mente activa?
Juegos de memoria, lectura, aprender cosas nuevas, resolver crucigramas o sudokus, e incluso el uso de tecnología, ayudan a estimular el cerebro. La interacción social también es clave.
¿Cuándo debo consultar a un geriatra?
Es una pregunta muy habitual, y me alegra que cada vez más personas se la hagan. Porque muchas veces se piensa que el geriatra solo interviene cuando ya hay una situación muy avanzada… y no es así. Cuanto antes podamos valorar a la persona mayor, más soluciones médicas podremos adoptar y mejor calidad de vida podremos ofrecerle.
Un geriatra es el especialista en el cuidado integral de las personas mayores. No tratamos solo una enfermedad, sino a la persona en su conjunto: su estado físico, mental, emocional, social y funcional.
¿Y cuándo conviene acudir a consulta?
Aquí tienes algunas señales claras:
- Cuando hay varias enfermedades al mismo tiempo, como diabetes, hipertensión, artrosis, insuficiencia cardíaca… y se hace difícil manejarlas todas.
- Si hay caídas frecuentes, inestabilidad al caminar o miedo a moverse. Las caídas no son “cosas de la edad”, y se pueden prevenir.
- Ante cualquier signo de pérdida de autonomía, como dificultades para vestirse, asearse, cocinar o salir de casa.
- Si hay sospecha de deterioro cognitivo o cambios en la memoria, el comportamiento o el estado de ánimo.
- Cuando se toman muchos medicamentos a la vez (polimedicación) y hay dudas sobre si todos son necesarios o están generando efectos secundarios.
- Simplemente para una valoración integral del estado de salud, aunque no haya ningún problema grave. Hacer una revisión geriátrica permite detectar riesgos a tiempo y planificar un envejecimiento activo y saludable.
Muchas familias vienen a la consulta con frases como: “Mi madre está bien, pero ya no es la misma”, “Mi padre ha perdido las ganas de salir” o “Queremos saber si puede seguir viviendo solo”. Y ahí es donde más valor puede aportar la geriatría.
